Don Justo Jiménez Abaurre, nació el 18 de
octubre de 1927 en Olite, Navarra, España. Siendo el octavo de los 10
hijos que tuvieron sus padres Ambrosio Jiménez y Eladia Abaurre.
Falleció el 13 de agosto a los 92 años en Marbella.
El 12 de septiembre de 1940 es cuando decide ingresar al seminario en
la Orden de los Padres Dominicos en Villalba, Navarra. Su noviciado lo
realizó en Salamanca y estudió teología en la Facultad de San Esteban.
Emitió sus votos religiosos el 8 de septiembre de 1946. Posteriormente
el 18 de octubre, precisamente el día en que cumplía 26 años de edad, en
el año 1953 fue ordenado sacerdote por el Obispo José Souto Bizoso en
un templo de Palencia. Su madre Eladia, falleció ese mismo día en Olite.
Su primera misa la ofició en su propio pueblo de Olite en 26 de octubre de 1953 por el eterno descanso del alma de su madre.
Fue profesor y director espiritual del Seminario de Dominicos de
Vergara. Posteriormente, como Capellán perteneció al Ejército Español y
Academia General Militar de Zaragoza durante el mando del que fue Rey de
España, Don Juan Carlos I.
Durante los años 1960 a 1968 se dedicó a la labor evangelizadora
misionando muchas veces en burro y otras andando las tierras de Celán,
Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala y otros
lugares de Latinoamérica, hasta llegar a México en el año 1969.
Fueron muchos los pobres que comieron gracias al Padre Jiménez que llegó a desprenderse de sus zapatos para que otros calzasen.
El Obispo le asignó trabajar en la colonia La Cuesta, sin templo, donde
en un año se pudo levantar lo que hoy en día es la Parroquia de Cristo
Sumo y Eterno Sacerdote. Después fue nombrado Párroco de la Santísima
Trinidad y primer superior de la Casa de los Dominicos de Juárez en el
año 1972 a 1978. Fue entre esos mismos años en que participó en la
reconstrucción de la Capilla histórica de San José.
En 1980 el Padre Justo decide dejar la Orden de los Dominicos para
integrarse a la diócesis local, se le nombra Vicario Cooperador de la
Parroquia de la Sagrada Familia con proyección apostólica en el
Infonavit de San Lorenzo. Es el 27 de octubre de 1985 cuando se erige la
Parroquia de San Judas Tadeo y se le nombra primer párroco de la misma.
Terminó la construccion de la Capilla de Todos los Santos en 1998. El 7
de febrero de 1999, cuando el Padre Justo, decide por motivos de salud,
renunciar a su Diócesis y retirarse a su tierra natal, España.
Desde entonces estuvo 15 años colaborando con nuestra Comunidad de San
Pedro de Alcántara, donde todos cariñosamente le llamamos el
“Padrecito”. Desde hace seis años su salud, aunque de hombre robusto,
como buen navarro, se deteriora.
Don Justo, gracias por su entrega generosa y disponibilidad en sus 67 años en el ministerio sacerdotal.
Muchas son las historias que giran entorno a este hombre robusto
oriundo de Navarra; y mucho es el amor sembrado en los fieles de los
distintos lugares donde pasó dejando sus huellas.
Ha sido un padre español muy querido en Latino América. Quienes lo
hemos conocido sabemos que su corazón pertenece también al otro lado del
mundo.
En su Misa de despida celebrada en la Parroquia de San Judas Tadeo el
10 de febrero de 1999, el Obispo Renato Asencio se refirió al Padre
Justo: “El Justo brilla como una luz en la tiniebla”. El Padre Justo ha
sido esa luz que ha iluminado siempre a sus fieles.
El Padrecito, como cariñosamente le llamamos recibió la llamada del
Señor en la madrugada de ayer 13 de agosto tras una vida de entrega
generosa y de testimonio en este pueblo donde vino a descansar los
últimos 20 años de su vida.
Mi agradecimiento especial, personalmente y en su nombre, al “equipo”,
como él lo llamaba, que con tanto cariño y esmero habéis cuidado de él,
Mary, Carla, Eric, Aurora y Ana, y otros que pasaron por su vida.
Aquí, siendo un servidor Párroco de esta Comunidad, tuvimos la inmensa
suerte de celebrar con él los 50 años de sacerdocio en 2003 y los 60
años de su ministerio en 2013.
Padre, hermano y amigo, siempre estaremos agradecidos a tu vida de entrega y servicio.
Que Dios premie tu buen hacer y goces ya junto con la Virgen de
Guadalupe y San Pedro de Alcántara de la presencia eterna de tu “Taíta”
Dios.
Leandro José Carrasco Bootello,
tu amigo y hermano en el sacerdocio.