La voz interior cubre tu conciencia, eres semilla de luz, espacio libre
de vida, eres el comienzo, la flor perpetua del amor incondicional, el
eco gozoso que renace en la respiración del instante. Abierto al suave
existir, iluminado, caminas con pasos entregados al silencio de la
contemplación resplandeciente. Eres el enigma del sueño que se esparce,
la blanca esperanza de lo divino, el corazón amante de lo único, de lo
inexplorado, de lo viviente. Eres la estancia infinita de tu íntimo y
dorado amanecer. José Manuel Martínez Sánchez