No tengo miedo a la noche de Halloween.
Disfrazados y maquillados todos salen a jugar.
“Truco o trato” gritan momias y vampiros en las puertas sin parar.
Por las calles y los barrios los zombis caminan cantando,
pues la noche de los muertos vivientes todos están festejando.
Hechizos y conjuros caerán sobre tu hogar,
si sabes lo que se avecina sus cestas de chuches llenarás.
Si no aceptas su trato, una tormenta de huevos te encontrarás.
A esta noche no has de tener miedo,
pues no son vampiros en realidad,
son solo niños y niñas disfrazados con muchas ganas de jugar.
Disfruta de los decorados y conviértete en un actor sobre el escenario.
Las calabazas y las arañas de plástico son solo para divertirse un rato.
Las brujas no existen, ni los vampiros, ni los zombis.
Por eso, pequeño amigo, intenta disfrutar
pensando en la gran fiesta que por miedo puedes dejar pasar.
Un secreto te voy a contar:
“Si aún así te tiemblan las piernas y los ojos tienes que cerrar,
prueba a coger la mano de mamá o papá, ¡a mí me funciona!
Con tus padres, amigos y hermanos siempre a salvo estarás.”
Y ahora que sabes como el miedo puedes superar,
no te olvides de coger tu cesta,
de llenarla de dulces, chuches y
sonrisas y a disfrutar de la fiesta.
D/A
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