Si sigues nuestro blog, ya sabrás que en esta casa lo que más se come en
verano son cantidades ingentes de verduras, hortalizas, legumbres,
frutas, quesos, huevos, pescado- sobre todo azul- y carnes blancas. Es
decir, aquellos alimentos que forman parte de la
dieta mediterránea,
los ingredientes que cada temporada nos brinda el campo y el mar, que
están frescos y en su punto. En realidad, no estamos haciendo con ello
ningún esfuerzo en particular, simplemente nuestro cuerpo tiene unas
necesidades distintas en la estación fría que en la calurosa y ahora no
nos apetece hacer un guiso lento con mucho grasa porcina, un
goulash, un
fricandó, por ejemplo. Eso ya llegará en invierno. Pero, de vez en cuando, añado un poco
carne roja a la dieta de mis hijos en forma de hamburguesas ( a ser posible, preparadas por mi), un filete ruso,
unas albóndigas con una buena salsa de tomate, etc.