Se dice que cierto día salieron a pasear juntas la Ciencia, la Fortuna, la Resignación y la Integridad. Mientras caminaban dijo la Ciencia:
Amigas mías, pudiera darse el caso de que nos separáramos unas de otras y sería bueno determinar un lugar donde pudiéramos encontrarnos de nuevo. A mí, podréis encontrarme en la biblioteca de aquel sabio a quien, como sabéis, siempre acompaño.
En cuanto a mí -expresó la Fortuna- me hallaréis en casa de ese millonario cuyo palacio está en el centro de la ciudad.
La Resignación dijo por su parte:
A mí podréis encontrarme en la pobre y triste choza de aquel buen viejecillo a quien con tanta frecuencia veo y que tanto ha sufrido en la vida.
Como la Integridad permanecía callada, sus compañeras le preguntaron:
Y a ti, ¿dónde te encontraremos?
La Integridad, bajando tristemente la cabeza, respondió:
A mí, quien una vez me pierde jamás vuelve a encontrarme.
"Quien pierde su integridad y su honradez lo ha perdido todo".
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