"Martes"
Amanece, es otoño
Entre la llovizna, mis pasos de ocres
Hastío y rutinas
Tú, cruzas en mi itinerario
Levantas tus manos
Saludando mi alma, como a un viejo navío.
En la distancia, tu alma y mi alma
Dos seres acurrucados en el silencio
Pues sendos astros solo giran solitarios en sus universos
Mientras la mañana se teje con las eternas horas.
Martes día de existir, día de la llovizna en tus ojos y los míos
Historias de aquella vieja calle que ame
Caminando las décadas junto a mis dos tiernas hermanas
Existíamos tres inseparables, amándonos en silencio
Ocultando heridas,
Huyendo a los patios infinitos de aquella escuela
¡Oh, cuantos recuerdos que alberga este corazón agrietado!
Éramos simplemente niños, atormentados niños silvestres
Recorriendo el destino,
Dejar los espacios de juego, aquellos donde reinaban los pájaros.
Los bellos colores, los aromas sin olvido
Martes, que corre hacia la escarcha de mis manos añejas
Sin adiós, sin tu bendición padre rebelde niño que amo.
Te veo entre los bancos de la plaza
Con tu vista perdida pensando en mi, en tu sueño tímido
En tus rieles que ame, siendo dueño de todos los trenes
Infantil pequeñuelo, que llevo encallado en mi.
Darío Ernesto Muñoz Sosa Autor.