El cuerpo y el espíritu de este elefante tenían profundas cicatrices, pero gracias a su amigo pianista, la paz volvió a su vida.
ElephantsWorld es una organización ubicada a las afueras
de Kanchanaburi, Tailandia. Su principal objetivo es promover la
conservación del medio ambiente, rescatando elefantes de situaciones extremas y dándoles un espacio libre
donde puedan volver a ser como especie. En la actualidad, el lugar
sostiene a más de 30 de ellos bajo la modalidad de turismo ecológico,
donde los visitantes trabajan para alimentarlos y brindarles los
cuidados necesarios.
El cuerpo y el espíritu de este elefante tenían profundas cicatrices, pero gracias a su amigo pianista, la paz volvió a su vida.
ElephantsWorld es una organización ubicada a las afueras
de Kanchanaburi, Tailandia. Su principal objetivo es promover la
conservación del medio ambiente, rescatando elefantes de situaciones extremas y dándoles un espacio libre
donde puedan volver a ser como especie. En la actualidad, el lugar
sostiene a más de 30 de ellos bajo la modalidad de turismo ecológico,
donde los visitantes trabajan para alimentarlos y brindarles los
cuidados necesarios.
Con la tristeza que el trabajo forzado le daba y el trato desconsiderado de sus muchos cuidadores, al momento de ser rescatado las cicatrices en su cuerpo y su alma eran notorias:
su columna se había no tenía la misma fisonomía de antes, su ojo
derecho ya no estaba y tampoco su colmillo de ese mismo lado de la cara,
además, su estrés no le permitía relacionarse con los humanos, les
temía demasiado.
A pesar de todas esas cosas malas que debía dejar atrás, Mongkol encontró un método perfecto de relajación cuando se cruzó en su camino con Paul Burton,
un contemporáneo músico de Inglaterra que, hace una década, por su
cumpleaños cincuenta, decidió cambiar su atareada vida en Londres por la
libertad de cuidar elefantes en Tailandia.
En ese momento, el hombre se mudó con toda su familia al lugar para
ayudar a alimentar y brindarles atención y cariño a los elefantes del
santuario, sin embargo, su vocación como músico lo llevó a buscar
maneras de tocarles algunas sonatas clásicas para aliviar sus pesares.
Aunque al principio el director de ElephantsWorld no estuvo de
acuerdo y pensaba que era un riesgo para Paul, la primera prueba
demostró que el hombre tenía razón: las melodías de grandes compositores como Schumann eran un método terapéutico para los afectados animalitos.