“Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a
colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales jugando
llamarán.
Pero
aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura
y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.
Volverán
las tupidas madreselvas de tu jardín
las tapias a escalar,
y otra vez a
la tarde aún
más hermosas sus flores se abrirán.
Pero aquellas,
cuajadas de rocío cuyas gotas
mirábamos temblar y caer como lágrimas del
día…
¡esas... no volverán!
Volverán del amor en tus
oídos las palabras ardientes
a sonar; tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a
Dios ante su altar,
como yo te he querido...;
desengáñate, ¡así... no te
querrán!”
Gustavo Adolfo Bécquer
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