APRENDÍ
Aprendí que habita en mí una absoluta libertad interior,
que soy libre para decidir
con quienes quiero estar y con quiénes no,
que la vida es un disfrute y no un padecimiento
y que desde mi libre albedrío puedo decidir,
ese es mi verdadero poder,
LA DECISIÓN.
Aprendí que mi guía interior son mis sensaciones
de agrado y desagrado,
ese alerta que te dice:
salte de aquí.
Aprendí amarme y respetarme tanto,
que a mi vida llegan personas
que me aman tanto
como yo me amo a mí mismo.
Con la toma de consciencia aprendí
a liberarme de etiquetas y caretas,
ser auténtico a mi sentir.
No me interesa caer bien, ni falsearme,
soy respetuoso con los demás
pero no me falseo.
Aprendí a respetar los tiempos
de los demás no siendo invasivo.
Aprendí a retirarme a tiempo
de los lugares donde no soy bienvenido
porque comprendo que no tengo
porque caerle bien a todos.
Aprendí que las almas
nos unimos por vibraciones
y cuando no son afines se pueden separar
y hacer cada una su vida.
No hay que soportar,
ni dejar que nos soporten.
Aprendí a valorar mi espacio vital,
a cuidar mi energía,
si algo o alguien no es afín a mi energía,
sé que puedo retirarme,
que puedo salirme de situaciones
que no me aportan crecimiento o bienestar,
si no me retiro a tiempo
mi cuerpo me lo demandará más tarde.
Aprendí a salirme más rápido de las tristezas,
broncas y enojos, ya no me quedo acampando allí.
Elijo cambiar el curso de mis emociones,
haciendo cosas que me gustan
o viendo personas que me estimulen.
Las broncas que antes me duraba meses
hoy me duran un día unas horas.
Aprendí que solo el amor y la bondad aportan.
Aprendí a salirme de todo aquello
que me aleje de la paz,
el equilibrio y el amor.
Aprendí a buscar las causas emocionales
de mis enfermedades,
y tomar cartas en el asunto, cambiando de percepción,
transformando mi vida si es necesario;
así eso implique cambios radicales
que me incomoden.
Aprendí a escucharme,
a respetar mi voz interior,
ese guía que sabe lo que más me conviene
para mi crecimiento.
Antes me dejaba aturdir con voces exteriores.
Ya no, solo mi guía interior sabe
lo que es mejor para mí.
La toma de consciencia me enseñó
a ser más intuitivo que racional.
La razón calcula, mide, especula pero no sabe,
el corazón es una flecha directa que va hacia
el camino acertado para mi evolución .
La toma de consciencia me enseñó que el mago soy yo!
Que la magia existe si abro mi corazón,
el camino nunca es equivocado.
Publicado por #expandiendojuntos
|