La palabra Ortografía viene del griego orthos, que
quiere decir correcto, y de grapho, que significa escribir, así que
ortografía quiere decir escribir correctamente. Tal como debernos
hacerlo cuando hablamos, para escribir correctamente hay que poner
atención en la ortografía.
El idioma necesita de la Ortografía y de la Gramática, si bien a
través del tiempo el idioma va cambiando por diversas situaciones como:
modismos, inclusión y adaptación de vocablos de otros idiomas, etc. no
se puede aceptar la escritura con faltas, por esta simple razón,
redactar sin faltas de ortografía debería ocupar un lugar importante a
la hora de escribir.
El texto es la unidad superior de comunicación y de la competencia
organizacional del hablante, por lo tanto debemos considerar factores
en relación con la competencia discursiva, la situación, contexto y
reglas textuales y ortográficas. Su extensión es variable y corresponde
a un todo comprensible que tiene una finalidad comunicativa en un
contexto dado.
Con las faltas de ortografía el contenido de un texto, de un
comentario en un blog, una respuesta en un tema de algún foro o incluso
de un mensaje o recado, pierde calidad. Además, quien lo escribió
también pierde autoridad y prestigio, más aún si se trata de un
maestro.
Esto de la ortografía se ha convertido en un tema delicado para las
nuevas (y no tan nuevas) generaciones. Gracias a la tecnología, la
mayoría de las tareas escolares ahora se realizan en una computadora
con procesador de textos, los cuales incluyen corrector ortográfico
automático y que en ocasiones los jóvenes no saben que existe y no lo
utilizan, teniendo como consecuencia una tarea con faltas de
ortografía.
Lo anterior es uno de los grandes problemas con los que nos
encontramos en la enseñanza. No hay discusión en este punto, una buena
ortografía es la base de un texto bien escrito y se ha de tener en
cuenta que, en la mayoría de las ocasiones, nos comunicamos por escrito.
Por consiguiente, el problema de la ortografía no es tan sólo un
problema escolar, va más allá, pertenece a la vida: cartas, currículo,
trabajos de investigación, memorándums, oficios etc., todo va por
escrito y por consecuencia todo debería ir impecable, en lo que a
ortografía se refiere. En ocasiones no son suficientes los procesadores
de texto que incorporan algunas herramientas ortográficas.
Los correctores ortográficos son una herramienta más para
facilitarnos la vida, pero son sólo eso, una herramienta; no hay que
depender totalmente de ellos. Y no puedo dejar fuera los signos de
puntuación, la correcta colocación de estos, es otro punto importante a
la hora de darle un sentido y una correcta interpretación a un texto.
Según los expertos, las razones por las cuales una persona escribe
con errores son varias, entre ellas se encuentran la distracción, la
escasa importancia que se le da a la ortografía, la poca lectura de
libros y la influencia de otro tipo de lenguajes tecnológicos como el
que se usa con los mensajes de texto, en la actualidad, encontramos que
los alumnos escriben como si escribieran un mensaje de texto, existe
una terrible mutilación del lenguaje.
Debemos como docentes poner más atención en nuestra redacción, hacer
crecer nuestro acervo cultural, una forma de memorizar o fijar nuestra
ortografía es leyendo, cuando escribimos un texto es necesario leerlo
en varias ocasiones a fin de encontrar errores y corregirlos antes de
enviar o imprimir para entregar el documento impecable, es necesario
recurrir al diccionario, si tenemos alguna duda.
Es necesario estimular la práctica de la lectura en nuestros alumnos,
los buenos lectores, (con excepciones claro), tienen buena
ortografía, se debe de tener en cuenta que el que lee no sólo comprende
las palabras sino que "ve" sus características ortográficas.
Por otra parte, los malos lectores generalmente tienen mala
ortografía por su escasa familiaridad con las palabras escritas. Esta
conciencia de la relación entre lectura y ortografía debe redundar en
no gastar demasiado tiempo en prácticas de aprendizaje de la
ortografía, como planas de palabras.
También es necesario apoyar a nuestros jóvenes para realizar un plan
de autocorrección individual o interactiva de sus errores ortográficos,
este se facilita cuando ellos tienen un propósito claro para efectuar
la corrección. Por ejemplo la elaboración de escritos para ser
mostrados a los padres, cuando los jóvenes saben que sus escritos
serán leídos por otros sienten natural la revisión y corrección formal
de sus textos.
Dentro del salón de clases, podemos realizar muchas cosas con
nuestros alumnos, a fin de lograr que mejoren su escritura, ortografía o
su redacción, en cualquier asignatura que impartamos podemos lograrlo,
necesitamos buscar pero sobre todo encontrar la manera de incentivar a
nuestros alumnos para escribir, es necesario hacerles notar la
necesidad de utilizar los signos de puntuación, a través de una
anécdota, o con ejemplos.
Somos modelo de nuestros alumnos, a seguir para muchos de ellos, por
lo tanto debemos esmerarnos para que se lleven un buen ejemplo,
necesitamos aumentar nuestro bagaje cultural, a fin de mejorar el de
nuestros jóvenes, al leer no sólo mejorará nuestra ortografía, también
mejorará la manera de expresarnos.
Hablar correctamente también es muy importante, en ocasiones
pronunciamos cosas en forma incorrecta o cometemos vicios de lenguaje y
por consiguiente en la producción de textos lo hacemos, hacemos uso
excesivo de muletillas y al momento que queremos escribir se ve
limitado nuestro vocabulario.
Para comunicarnos eficazmente, es necesario elaborar mensajes de
manera correcta y comprensible, por ello escribir bien evitará
malinterpretaciones en lo que queremos decir. Una palabra mal escrita
puede cambiar el sentido a lo que se quiere expresar.
Los estudiantes muestran muchas deficiencias en la correcta escritura
de las palabras, debido al desconocimiento de las reglas ortográficas y
al desinterés por la lectura, factores que inciden notoriamente en la
producción de un buen texto escrito.
Por lo anterior es necesario fortalecer el nivel de ortografía en los
estudiantes, con el propósito que logren expresarse correctamente en
forma oral y escrita, debemos poner especial esmero para lograr que
nuestros alumnos mejoren su ortografía y por consiguiente la producción
de textos.
Hay que trabajar con la ortografía, pero también hay que escribir.
“No se trata, entonces, de dejar de escribir para enseñar ortografía,
sino de reflexionar sobre la norma ortográfica en el interior de
situaciones de escritura, ya que el conocimiento de dicha norma debe
estar al servicio de la comunicabilidad textual”[1].