Señor Jesucristo,
que mostraste tanto cariño por los enfermos
y continúas tu obra de redención en todos los que sufren,
compartiendo sus sufrimientos,
mira benigno la cruz de la
enfermedad
que pesa sobre sus hombros
y ayúdalos a cargarla
con fe y amor.
Tú no quieres que los hombres sufran,
pero de
los males que los afligen
obtienes frutos de redención y de
salvación.
Dales la paciencia necesaria para poder soportar
los dolores
y la fuerza para luchar
contra las enfermedades
del alma y del cuerpo.
Ilumina en ellos su fe para comprender
el verdadero sentido
y el valor espiritual del sufrimiento.
Fortalece en ellos su esperanza de volver a gozar de salud
y de usarla para el bien suyo y de los demás.
Aumenta en
ellos su caridad
que les haga sentir tu presencia a su lado
para soportar los sufrimientos.
No permitas, Señor, que la
enfermedad
les quite el ánimo de vivir ni la confianza en Ti.
Bendice a quienes cuidan de ellos y buscan su recuperación.
Amén