SONETO A UN PERRO
Se escucha en la mañana tu ladrido
ansioso de jugar, y tu alegría
ya desde la primera hora del día
invita a un matutino recorrido.
Eres único, perro al que yo cuido
y me cuida. Sin ti queda vacía
mi ánima y corazón. Tu compañía
es una parte a la que estoy unido.
Por ser inseparable esta confianza,
por ser un perro fiel, alegre y neto,
te regalo este lúcido soneto
como franco homenaje a nuestra alianza,
porque mientras estés siempre conmigo
se hallará junto a mí el mejor amigo.
Autor del poema: Anónimo