La curación de las viejas heridas
He descubierto que el trabajo con el niño interior es sumamente útil para curar las heridas del pasado.
No siempre conectamos con los sentimientos del asustado pequeño que llevamos dentro.
Si en tu infancia sentiste mucho miedo y angustia,
y ahora te castigas mentalmente, continúas tratando a tu
niño interior de la misma forma.
Sin embargo, él no tiene ningún otro sitio adonde ir.
Es necesario que superes las limitaciones de tus padres.
Necesitas comunicarte con el pequeño, que se siente perdido.
Tu niño interior necesita saber que tú lo amas.
Tómate un momento ahora mismo y dile que te interesas por él:
«Te quiero.
Me importas.
De verdad te quiero».
Tal vez le has estado diciendo esto a la persona adulta que llevas dentro.
De modo que empieza a decírselo también a tu niño.
Imagínate que le coges la mano y ambos vais a todas
partes juntos durante unos días. Verás las felices y
alegres experiencias que podéis tener.
Necesitas comunicarte con esa parte de ti mismo.
¿Qué mensajes deseas escuchar? Siéntate en
silencio, cierra los ojos y habla con tu niño interior.
Si te has pasado 62 años sin hablar con él,
es posible que tengas que insistir unas cuantas veces
para que el niño realmente crea que quieres hablarle.
Insiste: «Deseo hablar contigo. Deseo verte.
Deseo amarte».
Finalmente lograrás la comunicación.
Es posible que veas al niño dentro de ti,
que lo sientas,
que lo escuches.
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