“Carpe Diem”,
de Walt Whitman
No dejes que termine el día
sin haber crecido un poco,
sin haber sido un poco más feliz,
sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho
de expresarte que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer
de tu vida algo extraordinario…
No dejes de creer que las palabras,
la risa y la poesía
sí pueden cambiar el mundo…
Somos seres, humanos, llenos de pasión.
La vida es desierto y también es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte
en protagonistas de nuestra propia historia…
Pero no dejes nunca de soñar,
porque solo a través de sus sueños
puede ser libre el hombre.
No caigas en el peor error, el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes…
No traiciones tus creencias.
Todos necesitamos aceptación,
pero no podemos remar
en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta el pánico que provoca
tener la vida por delante…
Vívela intensamente, sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro y en enfrentar
tu tarea con orgullo, impulso y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte…
No permitas que la vida te pase
por encima sin que la vivas
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