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EL MUNDO DE ATLANTIDA
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Respuesta  Mensaje 1 de 11 en el tema 
De: Atlantida  (Mensaje original) Enviado: 29/11/2023 00:40
LA VIRGEN MARIA 

TEOLOGIA Y ESPIRITUALIDAD MARIANAS
 
POR A N T O N I O  R O Y O  M A R I N , O . P.

A la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, vida, dulzura y esperanza nuestra


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Respuesta  Mensaje 2 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 00:48
A L LECTOR

J ^ esde hace mucho tiempo se nos venía pidiendo con insistencia un libro sobre la Virgen María con la misma orientación teórico-práctica de los demás libros que hemos venido publicando en esta misma colección de la B A C . H oy tenemos el gusto de ofrecérselo a nuestros lectores. Hemos intentado escribir una obra sobre la Virgen María a base de las características que se nos pedían. El subtítulo expresa claramente su principal enfoque: Teología y espiritualidad marianas. Son dos aspectos que no siempre aparecen unidos en las obras dedicadas a María. A veces se trata exhaustivamente el aspecto científico o teológico, pero se descuida el aspecto espiritualista, con lo cual el primero queda casi enteramente desprovisto de toda finalidad práctica. Otras veces se aborda de lleno la espiritualidad mariana, pero no siempre con la suficiente elevación científica o teológica, con lo cual el aspecto puramente devocional pierde su más firme apoyo y su base más sólida. Otras, en fin, se insiste ante todo en el aspecto literario, sin preocuparse demasiado de la teología y espiritualidad marianas. En la medida de nuestras débiles fuerzas, hemos procurado redactar una obra que recogiera, en sintética visión de conjunto, los dos aspectos fundamentales de toda buena mariología teórico-práctica: el teológico y el espiritualista o devocional, sin descuidar el histórico o biográfico a base de los datos facilitados por las Sagradas Escrituras y el ambiente que rodeó en este mundo la vida de María. Con ello quedan perfiladas las líneas esenciales de nuestro estudio, que en su redacción definitiva se divide en las siguientes cinco partes: i . a Vida de María.— A base únicamente de los datos evangélicos y de las circunstancias históricas en las que se desenvolvió la vida de la Virgen durante su vida terrestre, hemos seguido sus principales pasos desde su nacimiento hasta su muerte y asunción a los cielos. Nos parece que esta vida de María— escrita en tono sencillo y narrativo— prepara

Respuesta  Mensaje 3 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 00:50
el ambiente y dispone el ánimo del lector para abordar con simpatía el resto de la obra. 2 .a Los grandes dogmas y títulos marianos.— Es la parte científica de la obra. En ella encontrará el lector, en apretada síntesis, junto con el oro viejo, los mejores hallazgos de la moderna mariología, a la luz, principalmente, del concilio Vaticano II, cuya doctrina mariológica recogemos íntegramente en el capítulo 12 de esta parte en confirmación oficial de todo cuanto exponemos más detalladamente en los capítulos anteriores. 3.a Ejemplaridad de María.— Aquí comienza el aspecto espiritualista de nuestra obra, que abarca las tres últimas partes. En esta tercera exponemos el desarrollo progresivo de la gracia en el alma santísima de María, sus virtudes admirables y el ejercicio perfectísimo de los dones del Espíritu Santo, junto con los frutos del mismo divino Espíritu y el de las bienaventuranzas evangélicas, que señalan el punto culminante de toda la vida cristiana, de la que María es ejemplar acabadísimo. Termina esta parte con una breve exposición de las principales gracias carismáticas en el alma de María. 4.a La devoción a María.— La ejemplaridad de María — movimiento de ella hacia nosotros— exige en retorno un movimiento de filial devoción hacia ella. Después de exponer en qué consiste la devoción en general, estudiamos ampliamente la naturaleza de la verdadera devoción a María, su necesidad para la salvación y la santificación y el modo más perfecto de practicarla a base de la completa consagración a ella. Exponemos con toda precisión y rigor teológico de qué manera la devoción a María es una gran señal de predestinación y uno de los medios más eficaces para obtener de Dios el gran don de la perseverancia final. Terminamos esta parte con un largo apéndice sobre la devoción a San José, inseparable de la devoción a María, su virginal esposa. 5.a Principales devociones y fiestas marianas.— Como remate y complemento de toda la obra exponemos en dos sendos capítulos las principales devociones marianas recomendadas por la Iglesia y practicadas entrañablemente por el pueblo cristiano y unas breves notas histórico-litúrgicas sobre todas 

Respuesta  Mensaje 4 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 00:52
y cada una de las fiestas marianas recogidas con carácter universal en el vigente calendario litúrgico, promulgado por el papa Juan X X III. Quiera el Señor — por intercesión de su Madre santísima, Mediadora universal de todas las gracias— bendecir estas pobres páginas, a fin de que enciendan el corazón de sus lectores el fuego de la más tierna y entrañable devoción a M aría, para la mayor gloria de Dios y honra de Jesucristo, su divino Hijo y Redentor de la Humanidad. A D V E R TE N C IA A LA SEGUN DA EDICION .Agotada la copiosa primera edición de esta obra dedicada a la Virgen M aría, aparece esta segunda cuidadosamente revisada y puesta al día. En realidad, nada nuevo o importante hemos podido añadir a la edición anterior, ya que en ella recogíamos íntegramente la magnífica doctrina mariológica del Concilio Vaticano II, que continúa y continuará siempre de palpitante actualidad. Ni los grandes Pontífices posteriores al Concilio — Pablo V I y Juan Pablo II— en sus magistrales encíclicas o alocuciones, ni los teólogos marianos de cualquier escuela teológica han aportado nada nuevo o importante a la doctrina mariológica tan clara, exacta y exhaustiva que expuso el Concilio Vaticano II en el magnífico capítulo octavo de la Constitución dogmática «Lumen gentium». En adelante, ya no será posible hablar o escribir seriamente de la Virgen María sin inspirarse de lleno y por completo en aquella doctrina conciliar. En esta nueva edición nos hemos limitado a pequeños retoques de estilo, que no afectan para nada al fondo doctrinal de nuestra obra, y a cambiar el orden cronológico de las principales fiestas marianas — último capítulo de la obra— para adaptarlo mejor al calendario litúrgico vigente en la actualidad

Respuesta  Mensaje 5 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 00:55
VIDA DE MARIA

1. Creemos oportuno comenzar esta obra sobre la Virgen María con una breve introducción biográfica, a base de los datos que nos proporciona el Evangelio y la tradición cristiana. Antes de abordar los grandes temas mariológicos, de exponer la sublime ejemplaridad de María y las características que ha de revestir la verdadera devoción hácia Ella, nos parece conveniente echar una mirada llena de ternura sobre aquella vida pobre, humilde y desconocida que hubo de vivir acá en la tierra la que había sido escogida por Dios para Madre suya y Reina soberana de los ángeles. Estos títulos marianos, que abruman por su grandeza, no deben hacernos olvidar que, acá en la tierra, María fue una mujer de nuestra raza, una pobre aldeana oscura y desconocida, de vida purísima y angelical, pero perfectamente imitable y al alcance de cualquier alma sincera* Tenía razón Santa Teresa del Niño Jesús cuando exclamaba « ¡Qué delicioso será conocer en el cielo todo lo que pasó en la intimidad de la Sagrada Familia! Las mujeres del lugar iban a hablar familiarmente con la Santísima Virgen... Lo que me hace bien, cuando pienso en la Sagrada Familia, es imaginarme una vida enteramente ordinaria. ¡Nada de lo que nos cuentan, nada de lo que se supone!... Todo en su vida se hizo como en la nuestra. Para que un sermón sobre la Santísima Virgen produzca fruto, es menester que dé a conocer su vida real, tal como la deja entrever el Evangelio y no su vida supuesta. Fácil es adivinar que su vida real en Nazaret, y también después, fue enteramente ordinaria... Les estaba sujeto. ¡Qué sencillo es esto! Nos muestran a la Santísima Virgen inaccesible y sería menester presentarla imitable, practicando las virtudes ocultas y viviendo de fe como nosotros...» Vamos, pues, a recoger, de la manera más exacta y fiel que nos sea posible, los hechos fundamentales de aquella vida, a la vez sencillísima y sin par, que vivió acá en la tierra la Santísima Virgen María 2. 1 Cf. S a n t a T e r e s a d e l Níño J e s ú s, Novissima Verba, 20 y 23 de agosto de 1897. 2 A fin de no multiplicar las citas, advertimos al lector de una vez para siempre que la casi totalidad de los datos que le ofrecemos a continuación los tomamos— aparte, naturalmente, del mismo Evangelio— de las siguientes obras: Willíam. 

Respuesta  Mensaje 6 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 00:58
l. Infancia y juventud de María

En esta primera sección recogeremos los datos referentes a M aría desde su nacimiento hasta sus desposorios con San José. Patria. 2* No sabemos exactamente dónde nació María. Cuatro ciudades se disputan el honor de haber sido la cuna de la Madre de Dios: Séforis, capital entonces de Galilea, a unos cinco kilómetros de Nazaret; Belén, Jerusalén y Nazaret. Esta última es la más probable. Allí al menos la encontramos la primera vez que el Evangelio nos habla de Ella con motivo de la Anunciación (Le 1,26-27). Nazaret está situada en la parte sur de Galilea, en un paraje accidentado que bordea la gran llanura de Esdrelón. En tiempo de María era una aldea pequeña, sin importancia. El Antiguo Testamento no la nombra ni una sola vez. El galileo Natanael tenía una idea muy clara de su insignificancia cuando preguntó burlón a Felipe: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? (Jn 1,46). Sus casas eran menos que modestas. En la blanca caliza había también muchas grutas y cuevas. El piso era de barro apisonado y podía estar alfombrado con una estera de paja, o tal vez ni eso siquiera. La cueva recibía luz y aire por un tragaluz abierto en el techo o por la pequeña entrada que la unía al espacio anterior. N o es fácil a los occidentales hacerse cargo de la sencillez y pobreza de las viviendas orientales. Es. verdad que nada seguro podemos afirmar sobre la casa de María, ya que ni siquiera sabemos con certeza en qué punto de Nazaret actual estuvo el Nazaret antiguo. Hoy es Nazaret una de las ciudades más importantes de Palestina. Viniendo de Jerusalén, Nazaret ofrece una vista encantadora. El corto valle y las colinas en torno, cubiertas en gran parte de vegetación, matorrales y árboles, contempladas desde la colina meridional semejan una ancha canasta trenzada por la mano de Dios, en la que brillan cual flores las casas de Jesús (Friburgo 1938); P a t s c h , María la Madre del Señor (Madrid 1955), y G r u e n t h a n e k „ María en el Nuevo '¡'estamento, en la «Mariología» de J. B. Carol, publicado por la fiA C (Madrid 1964). Citamos con frecuencia literalmente



Respuesta  Mensaje 7 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 01:00
l_1 ti XT i_ blancas. Pero en su interior Nazaret es mucho menos atrayente. Calles estrechas, empinadas y sucias, con su empedrado resbaladizo y desigual, en el que es fácil deslizarse, sobre todo en tiempo de humedad. Las grandes iglesias, conventos y escuelas de los europeos contrastan con las pobres y pequeñas casas de los naturales del país. Estirpe. 3. Sabemos ciertamente que María descendía de la nobleza más alta de su pueblo, la casa de David. San Pablo dice expresamente que Jesús era, según la carne, descendiente de David (Rom 1,3). Pero esto no sería exacto si María no fuera hija de la casa de David, porque no a través de José, sino exclusivamente a través de María, tiene Jesús entronque según la carne con la estirpe de David. Las palabras del ángel Gabriel: El Señor Dios le dará el trono de David, su padre (L e 1,32), deben tomarse en sentido estricto. Nada impide, por otra parte, que también José fuera de la casa de David, como se dice claramente en otros lugares del Evangelio (Le 1,27; 2,4). El largo y molesto viaje a Belén para empadronarse lo hicieron los dos— a pesar del delicado estado de María— porque ambos eran de la familia y estirpe de David, oriunda de Belén. Sin embargo, esta estirpe davídica quedaba muy lejos para M aría y José. Consta claramente por los datos del Evangelio que eran muy pobres. San José ejercía el humilde oficio de carpintero o artesano (M t 13,55)— como más tarde el mismo Jesús (M e 6, 3)— , y al presentar a Jesús en el templo ofrecieron la ofrenda de los pobres: un par de tórtolas o pichones (Le 2,24). Era lo que correspondía a los padres de Aquel que, siendo rico, se hizo pobre por amor nuestro, a fin de enriquecernos con su pobreza (2 Cor 8,9). Padres. 4. Nada sabemos acerca de los padres de María, ni siquiera cómo se llamaban. Desde muy antiguo, el pueblo cristiano los venera con los nombres de Joaquín y Ana, pero estos nombres están tomados del Protoevangelio de Santiago, libro apócrifo que contiene gran número de errores y datos fantásticos. En fin de cuentas, el nombre es lo de menos. De lo que no puede albergarse la menor duda es de que fueron un

Respuesta  Mensaje 8 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 01:03
matrimonio muy santo y ejemplar, puesto que Dios los eligió para ser los padres y educadores de aquella privilegiada criatura que había escogido para un destino tan sublime como la maternidad divina. De ellos se podía repetir lo que el Evangelio nos refiere de los padres del Bautista, Zacarías e Isabel: Ambos eran justos en la presencia de Dios, e irreprensibles caminaban en los preceptos y observancias del Señor (Le 1,6). N acim iento y n o m b re de M aría 5. Nada sabemos tampoco acerca del año y día exactos del nacimiento de María. Verdad es que contamos los años a partir del nacimiento de Cristo; pero el monje Dionisio el Exiguo, que introduj-Q .este _cómputo hacia el año $2^ de nuestra era, se equivocó en el cálculo retrasándolo varios años (como unos cinco o siete). D e manera que, si María contrajo los esponsales con San José a los trece o catorce años— como era costumbre general entonces— y a éstos añadimos los cinco o siete de equivocación de Dionisio el Exiguo al fijar el año del nacimiento de Cristo (ocurrido ciertamente con anterioridad a la fecha que él señala como comienzo de nuestra era), hay que concluir que María debió de nacer entre los años 21-18 antes de nuestra actual era cristiana. En cuanto al mes y al día de su nacimiento, es imposible fijarlo. L a Iglesia lo celebra desde tiempos antiguos el 8 de septiembre. Sus padres le impusieron el nombre de Miryan, en honor, quizá, de la hermana de Moisés y de Arón, que fue la primera en llevarlo (cf. Ex 15,20). En la versión de los Setenta aparece este nombre como Mariam, palabra que vemos después algunas veces en los Evangelios, aunque la forma griega María es la más frecuente y la que ha prevalecido entre el pueblo cristiano. En cuanto al significado de la palabra María, no se hap. puesto todavía de acuerdo los filólogos y lingüistas. Las principales versiones propuestas son: Señora, Exaltada, Muy Amada, Mar Amargo, Estrella del Mar (o mejor stilla maris = gota del mar), Iluminada, Mirra, etc. Todas ellas convienen a María en su sentido propio o alegórico. 

Respuesta  Mensaje 9 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 01:07
Los primeros años
.
 6. El Protoevangelio de Santiago— apócrifo y soñador, como hemos dicho— dice en su capítulo séptimo que María fue llevada a los tres años al templo de Jerusalén, subió sola las gradas del altar y danzó en la tercera grada. Dice también que hasta los catorce años recibió allí una esmerada educación en compañía de otras vírgenes consagradas al Señor. Pero todo esto es pura poesía, sin ningún fundamento serio. En el templo de Jerusalén no hubo escuela alguna para niñas. Nada saben de esto los libros del Antiguo Testamento y nada nos dice el Nuevo. ¿No equivale esto a quitar el contenido de la fiesta litúrgica de la Presentación de María, que se celebra el 21 de noviembre ? No, porque esta fiesta descansa sobre un fundamento más firme, o sea, sobre las palabras de María al ángel de Nazaret: ¿Desque modo se realizará esto,pues no conozco varón?(L e 1,34). D e estas palabras se ^espTértde*^laifiaf^nt0^ue-JVtaiBtír'había consagrado a Dios con voto su virginidad, y esto es lo que conmemora la fiesta litúrgica de la Presentación. María recibió de sus padres la educación normal que se daba a las niñas de su época. Aunque no recibiera educación religiosa especial, debió de conocer profundamente la historia del pueblo escogido y las profecías mesiánicas que le habían sido confiadas. Tam bién asistiría a las sinagogas en las fiestas judías y todos los sábados. A llí se leían mañana y noche trozos de la L ey y los Profetas, trasladados al arameo, la lengua del pueblo. Se hacían comentarios sobre textos de la Sagrada Escritura y se cantaban salmos. María debió de ir con sus padres en peregrinación a Jerusalén— como estaba mandado— y allí aprendería los salmos graduales que los peregrinos cantaban caminando hacia la ciudad santa. Podemos pensar sin duda alguna que su vida espiritual estaría alimentada también por el recogimiento y la devoción privada. Todo buen judío oraba con frecuencia y levantaba a Dios su corazón al comenzar y terminar el día. Se rezaba antes y después de las comidas, se recitaban los salmos en privado y existía una plegaria aplicable a cada acontecimiento de la vida. Llena de gracia y poseída enteramente por el Espíritu Santo, María debió de gozar ordinariamente de las formas más eleva­das 

Respuesta  Mensaje 10 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 01:10
das de la oración mística. En su alma purísima, limpia de todo pecado y de toda inclinación al pecado, hubo comunicaciones divinas inefables, absolutamente imposibles de manifestar a los demás. De ahí que pasase los años de su niñez y adolescencia en completa soledad interior. Esta soledad tuvo influencia decisiva para hacerla la contemplativa silenciosa que todo lo pensaba y meditaba en su corazón (Le 2,19 y 51). En los datos de experiencia múltiples, que se aumentaban a diario y le hacían sentir sin cesar que se encontraba sola, no le quedaba más que un refugio y una salvación: el recurso a Dios. Vivir con Dios y en Dios era para María una necesidad tan imperiosa como lo es para la vida corporal del hombre el respirar. Es imposible llegar a comprender la vida de María en su desenvolvimiento íntimo hacia Dios sin esta perspectiva de su soledad en el mundo. El voto 
de virginidad. 7. L a pregunta que hizo María al ángel de la Anunciación: ¿De qué modo se realizará esto, pues yo no conozco varón? (Le 1,34), no deja lugar a la menor duda sobre el hecho de que María había consagrado a Dios su perpetua virginidad, ratificándola con un voto; de otra suerte, esa pregunta carecería de sentido, máxime estando ya desposada con San José (Le 1,27). Sin duda alguna debió de comunicar a José su propósito inquebrantable antes de desposarse con él. José aceptó este designio de Dios y se mostró dispuesto a vivir con María como un hermano con su hermana. M uchos Santos Padres piensan— y es muy verosímil— que también José había consagrado su virginidad a Dios, siguiendo el impulso fuerte y suave de la gracia de Dios. N o nos parezca excesivo ver la mano de Dios en el matrimonio de María y José, que tan honda repercusión había de tener para toda la humanidad. Esposa de Jósé. 8. En Nazaret, donde vivía María, vivía también un joven llamado José, descendiente de David. Era carpintero y se dedicaba a hacer arados, yugos, arcas, carros, mangos de azada y otras cosas semejantes. Es m uy probable que su labor de carpintero se completara a veces con la de albañil, enderezando vigas para las azoteas de las casas, tendiendo travesaños y leña

Respuesta  Mensaje 11 de 11 en el tema 
De: Atlantida Enviado: 29/11/2023 01:12
La Anunciación

 9 menuda y cubriéndolo todo con una masa de barro y argamasa. Este hombre, sencillo y humilde, fue escogido por Dios para ser el esposo de María. Por aquel entonces era considerado el matrimonio como un deber del joven. Con el alborear de los catorce años se designaba al joven apto para el matrimonio, mientras que la joven lo era al comenzar los trece. Generalmente, sin embargo, el joven no se casaba antes de los dieciocho años. La muchacha se desposaba hacia los doce años y medio; pero comúnmente continuaba todavía en la casa paterna durante un año largo. A sí que iba a casa del marido para formar la sociedad matrimonial lo más pronto a los trece años y medio o a los catorce. No sabemos cómo se encontraron María y José. Lo cierto es que, si los matrimonios felices se conciertan en el cielo, ello se verificó soberanamente en este caso. Así como Dios escogió y preparó la Madre de su Unigénito, así determinó también que José fuera el padre nutricio del mismo Hijo de Dios encarnado. Nunca dos almas se han compenetrado tan íntimamente. Cada día descubrían entre sí mutuamente nuevos rasgos comunes, nuevas semejanzas y conformidad de sentimientos. Eran una sola alma y un solo corazón en el amor mutuo y en la fidelidad a Dios. Hemos de rechazar por apócrifas e inverosímiles las leyendas de la vara florida de San José— como señal de que Dios le designaba para esposo de María— y otras por el estilo. T odo debió de ser normal y sencillo, de suerte que no llamara en nada y a nadie la atención. 2. La Anunciación 9. Poco después de los desposorios entre María y José ocurrió el acontecimiento más grande de toda la historia de la humanidad. Dejemos que nos lo cuente el santo Evangelio en toda su sublime sencillez y grandeza. «Fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y presentándose a ella le dijo: Salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras y discurría qué podría significar aquella salutación. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y llamado Hijo del Altísimo y le dará el Señor Dios 


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