La propia Organización Mundial de la Salud recomienda su ingesta con fines curativos en niños. A su vez, en 2012 se siguió a 300 niños que habían enfermado para determinar su efectividad. Una vez concluido el estudio, se reveló que el consumo de 10 gramos de miel antes de dormir registró menos tos y mejor sueño que aquellos que habían tomado placebo.