La capacidad de cierta soledad, nos da claridad y libertad para establecer relaciones profundas y definitivas.
Los verdadero vínculos no se pueden establecer en la ansiedad de encontrar compañia a toda costa con cuelquiera que se cruce en nuestro camino, o por miedo a quedarse solo.
La tarea frente a la soledad no consiste en quedarse fondeando en ella ni salir de ella en una evación compulsiva, sino en asumirla como una instancia privilegiada de reconocimiento personal, para superarla en la libertad a travéz de los vínculos de amistad y de amor verdaderos con las personas que responden a lo que somos.
No es bueno que el hombre se quede solo
Alfonso vergara, S.J
Obra Nacional de la Buena Prensa, A.C
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