Sólo es tuyo cuando está entre tus manos. Pero esas manos no son tuyas. Si lo sueltas deja de ser tu amo. El dinero es de todos, pero se pertenece a sí mismo. El dinero da la luz a quien lo emplea para abrir la flor del mundo y aniquila a quien se endiosa confundiendo la riqueza con el alma. Porque el alma, esencialmente, es la pobreza. Cuando menos se es, más se recibe a la existencia. El dinero es como la sangre: da la vida si circula. El dinero es como el Cristo: te bendice si lo compartes. El dinero es como la mujer: se te entrega si lo amas. Hijo del sol, el oro parece alejarse de nuestras manos pero es la luz que nos conduce. Debemos limpiarlo de la codicia que nos inspira la muerte hasta dejarlo invisible como un diamante. No hay diferencia entre el dinero y la conciencia. No hay diferencia entre la conciencia y la muerte. No hay diferencia entre la muerte y la riqueza.
Alejandro Jodorowsky
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