Los efectos de los fármacos de humanos en nuestras mascotas
Dependerá del tipo de medicamento que ingieran. Por ejemplo, los expertos recuerdan que un fármaco tan utilizado en humanos como pueden ser el ibuprofeno puede ser letal para la mascota. De hecho, en caso de ingestión hay que inducirle el vómito en el centro veterinario, además de ingresar al animal.
Otros efectos no deseables de estos medicamentos en los animales de compañía son importantes lesiones, digestivas, renales, hepáticas y/o sanguíneas, en ocasiones irreversibles. Esto se debe a que el metabolismo de nuestras mascotas es diferente al nuestro, lo que hace que los tiempos de tolerancia o eliminación de los medicamentos sean muy distintos. Por ello, la automedicación o la ingestión accidental puede ser mortal. Por ello, hay que tener mucho cuidado cuando se manejen fármacos de uso humano y mantenerlos siempre alejados de los niños y de las mascotas.
El contacto también puede ser peligroso
Como advierten estos expertos, no solo la ingestión de un fármaco puede provocar riesgos en la salud de los animales, el contacto prolongado también puede ocasionar problemas de salud.
Un ejemplo de ello es el caso de una pomada a base de cortisol, que se administraba una cuidadora en la piel, y que ha sido identificada como causa de síndrome de Cushing en un perro -que le ha provocado alopecia, sed, necesidad de orinar, hambre y abdomen hinchado-. Asimismo, otro ejemplo concreto de toxicidad para las mascotas son los aerosoles de estrógenos, un fármaco utilizado a menudo para tratar los síntomas de la menopausia. Una exposición prolongada a esta sustancia puede producir hiperestrogenismo, lo que llega a derivar en algunas mascotas en anemia y el posterior fallecimiento del animal. Asimismo, otro ejemplo concreto de toxicidad para las mascotas son los aerosoles de estrógenos, un fármaco utilizado a menudo para tratar los síntomas de la menopausia. "Hay que tener cuidado de que las mascotas no entren en contacto con medicamentos de uso humano. En la inmensa mayoría de los casos, se trata de situaciones que los cuidadores pueden evitar si se mantienen vigilantes. Por ello, es importante que sean conscientes de estos riesgos", añade José Gómez. En caso de duda, por ello, hay que hablar con nuestro veterinario y, en caso de ingestión accidental, es imprescindible llevar a nuestra mascota a un hospital con servicio de urgencias.