En el día de San Patricio, los campos se llenan de verde,
la primavera se anuncia con flores y alegría en el aire.
Los pájaros cantan al amanecer y el sol brilla con fuerza,
es tiempo de renovación y esperanza, de vida en plenitud.
En cada rincón se respira el espíritu festivo de la fiesta,
las calles se visten de verde y la música llena los corazones.
San Patricio, patrón de Irlanda, es honrado con reverencia,
su legado de fe y bondad se celebra con júbilo y gratitud.
Los niños corren por los prados y las risas se escuchan lejanas,
los mayores se reúnen en torno a la mesa para brindar por la vida.
En este día especial, todos somos irlandeses, unidos en la alegría,
honrando nuestras raíces y compartiendo la dicha de estar vivos.
Zara
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