1. Introducción: ¿de qué se trata todo esto? @PadreMiguel Guerra
Una visión general de la estructura del Congreso nos podrá ayudar a entenderlo mejor para vivirlo adecuedamente. Cada una de las partes es importante para construir bases sólidas que nos permitan dar pasos seguros en el camino de sanación.
Nuestra vida es algo bueno, querido, amado por Dios. Tiene un significado profundo. Él quiere construir una historia con nosotros para contemplar sus maravillas en nuestra vida, pero a veces no logramos verlas. El primer paso para realizar esto es abrir el baúl de tu historia, e ir a esos lugares más oscuros –acompañado de la mano de Dios– para aprender a amarte, porque: “solo lo que se ama puede ser salvado. Solo lo que se abraza puede ser transformado” (Papa Francisco, 26 de Enero de 2020).
A partir de ejercicios posturales y de respiración en la oración contemplativa, podemos llegar a experimentar manifestaciones físicas, sensoriales o imágenes visuales de heridas que han sido registradas en nuestra memoria somática corporal a lo largo de nuestra historia personal.
En el corazón de Jesús, ocupan un lugar prioritario los enfermos, pobres, heridos. En esta plática viajaremos para descubrir cómo Jesús lleva a cabo esto y cómo ha continuado en la Iglesia.
Conocer las heridas es un buen inicio para sanarlas, identificarlas nos ayuda para enfocar bien el trabajo interior... pero, ¿cuál es la estructura de una herida? ¿en qué modo se relaciona con los pecados capitales? ¿qué mentiras genera en nuestra identidad? Saber esto nos permitirá sanar a profundidad en nuestro interior.
¿Has sentido que no eres suficiente, que los demás son mejores que tú, o que Dios es bueno, pero no tanto contigo? Quiero mostrarte que esas creencias son mentiras que te atan y no te dejan en libertad. Rompe con ellas en el nombre de Jesús.
¿Cómo saber qué heridas tengo? Este taller nos ayudará a reconocer los momentos, personas y circunstancias en las que hemos sido heridos. Haremos un autoexamen que nos ayudará a bajar a lo práctico de lo aprendido sobre las heridas, los votos interiores, y las mentiras que nos hemos creído. Abarcaremos algunas preguntas que darán pie a la reflexión y a la oración. Será un momento para decirle a Jesús: Señor, si quieres puedes sanarme.
Estamos hechos para amar y ser amados. Cuando el amor sufre decepciones o violencia, nos enfermamos y nos perdemos. Solo tras el encuentro con el Amor sanamos, nos valoramos y nos encontramos a nosotros mismos.