Cuando sube el nivel de glucosa y se presenta la hiperglucemia, los pacientes deben actuar inmediatamente.
La hiperglucemia, o glucosa elevada en sangre, se produce cuando los niveles ascienden por encima de lo normal. Los síntomas se manifiestan en forma de sudores fríos, aumento de la sed, convulsiones, letargos, náuseas, aumento de las ganas de orinar y debilidad generalizada.
Ante un episodio de hiperglucemia, debes relajarte y no asustarte. Además, es muy importante tomar muchos líquidos para evitar la deshidratación, excepto si presentas vómitos.
Asimismo, por lo general, la actividad física ayuda a disminuir los niveles de glucemia. Sin embargo, si el nivel de glucosa se encuentra por encima de 240 mg/dl, es necesario controlar la orina para detectar cetonas.
En caso de presentar cetonas en la orina, no debes realizar actividad física, ya que si tienes cetonas y realizas ejercicios, el nivel de glucosa en la sangre puede aumentar aún más.
Es importante que consultes con tu médico para encontrar la manera más segura de disminuir el nivel de glucemia.
Tal vez también pueda ser útil reducir la cantidad de alimentos que ingieres. Consulte con tu dietista para realizar modificaciones en su plan de comidas.
Si la actividad física y los cambios en la dieta no dan resultado, quizá tu médico modifique la dosis de medicamentos o de insulina que le administran o, posiblemente, el horario en que se inyecta la insulina.
De igual modo, es muy probable que le pidan que adquiera un medidor de glucosa. Al principio, deberá monitorear los niveles de glucosa en sangre hasta 4 o más veces por día, para asegurarse de que se mantienen en valores normales, sin ser extremadamente altos o bajos.
También evita el alcohol. Algunas bebidas pueden causarte aumentos o bajones de glucosa. La mezcla alcohol con bebidas dulces, puede aumentar los niveles de glucosa en sangre.
¿CUÁNDO LLAMAR AL MÉDICO?
Si presentas los siguientes síntomas, no dudes y llama a tu médico:
- Aumento de la frecuencia urinaria, dolor al orinar, pérdida de peso.
- Si notas síntomas de niveles bajos de glucosa en sangre, como temblores, sudoración y cansancio.
- Falta de aire, dolor de pecho o malestar.
- Si sientes que el corazón late rápidamente o si sientes palpitaciones.
- Náuseas que afectan la capacidad de comer y no se alivian con medicamentos recetados.
- Diarrea (de 4 a 6 episodios en 24 horas) que no se alivia con medicamentos antidiarreicos ni con una modificación en la dieta.