¡BIENAVENTURADOS!...
Bienaventurados los hombres que lloran su desesperanza, su desilusión, sin que nadie sepa que jamás imploran de los Cristos mudos que en los templos moran, ¡por las dichas muertas de su corazón!...
Bienaventurados los que nada inquieren, los que van marchando de su sino en pos, los que no maldicen las manos que hieren, los que no preguntan si después que mueren ¡gozarán la dicha de mirar a Dios!...
¡Bienaventurados los que no han sentido la pena infinita de un yugo de amor!... Bienaventurados los que no han querido salir de su negro palacio de olvido, porque en él soportan la vida mejor.
¡Bienaventurados los que no han probado la miel de los labios de alguna mujer!... Bienaventurados los que no han besado las bocas ardientes, bajo el emparrado del jardín de sombras... ¡al anochecer!...
¡Bienaventurados los que no han gemido al triste recuerdo de un bien que pasó!... ¡Bienaventurados los que no han querido! ¡Bienaventurados!... porque no han sufrido... porque no han sufrido... ¡lo que sufro yo!...
RUBEN.C.NAVARRO
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