Amémonos los unos a los otros,
amémonos, amigo mío,
antes de que nos perdamos el uno al otro
Me añorarás cuando me haya ido. Harás una tregua conmigo. Entonces, ¿por qué juzgarme mientras estoy vivo?
¿Por qué adorar a los muertos y combatir a los vivos?
Besarás la lápida de mi tumba.
Mira, yazgo aquí inmóvil como un cadáver,
muerto como una piedra. ¡Bésame la cara en su lugar!
Rumi
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