A cierta edad ya no tienes ni tiempo ni paciencia... Ya no tienes ganas de entenderlo todo y a todos, ya no aguantas estupideces ni buscas el placer por el placer.
Tan solo las cosas que te hacen estar bien y que te entusiasman. Ya no tienes ganas de falsas sonrisas, de cortesías obligadas y de relacionarte con quienes están para su conveniencia.
A cierta edad se alcanza una clase de sabiduría que te hace decir: Lo que no aporte nada que se vaya de mi vida!!!