EL VIAJE DE LOS RECUERDOS...
Casi llegado el otoño Carmen y Mabel,
se encontraban en la estación de tren,
listas para un viaje que habían planeado durante meses.
Ambas, con sus cabellos plateados
y sonrisas cálidas,
llevaban consigo una pequeña maleta
y un sinfín de recuerdos.
Al subir al tren, se acomodaron
en sus asientos junto a la ventana,
desde donde podían ver el paisaje
cambiar lentamente.
Carmen sacó una vieja fotografía de su bolso,
mostrando a ambas en su juventud,
riendo en un parque.
-“¿Recuerdas ese día, Mabel?”,
preguntó con nostalgia.
Mabel asintió, sus ojos brillando con emoción.
“¡Claro que sí!
Fue el día que conocimos a nuestros maridos.
¡Qué tiempos aquellos!”.
El tren avanzaba y con cada kilómetro, las abuelas
compartían historias de su juventud,
de sus hijos y nietos,
y de las aventuras que vivieron juntas.
Recordaron las tardes de verano en la plaza,
los bailes en la fiesta del pueblo
y las largas charlas bajo las estrellas.
“¿Te acuerdas de cuando nos escapamos
a la playa sin decirle a nadie?”,
dijo Carmen riendo.
“¡Cómo olvidarlo!
Nos regañaron tanto, pero valió la pena”,
respondió Mabel con una carcajada.
El viaje en tren se convirtió en un viaje al pasado,
lleno de risas, lágrimas y abrazos.
Al llegar a su destino, las abuelas se dieron cuenta de que,
aunque los años habían pasado, su amistad
seguía tan fuerte como siempre.
De la red