Mi cansancio es quizás mi mayor patrimonio,
prueba tangible del esfuerzo no ahorrado,
el sopor abrumante me da el testimonio
de que el día invertí, que no fue mal gastado
He sembrado de a poco, apostando al futuro,
he vertido el sudor en pos de una ilusión,
postergando el descanso, afanoso procuro
no dejar empañar mi precisa visión
A través de los campos que corro anhelante,
aislando la niebla y el helado rocío,
voy en busca de algo que me saque adelante,
que aún no sé lo que es, mas por ello porfío
La cosecha me aguarda un día no esperado,
que yo sé al despertarme he de reconocer,
con la paz del hombre que percibe ha logrado
todas las cosas que siempre supo creer.
Gabriel Barrella Rosa