Un día mi espejo me contó... ¡Usted está en la tercera edad! Me di un susto... Me miré de nuevo... Percibí entonces, que, por la apariencia externa, no estaba igual. ¡Dura realidad!... Quedé pensando... ¿Cuándo entré en la tercera edad?... No me acordaba... Entré tan despacito, que no lo percibí... ¿Cuándo habría sido?... ¿Cabellos blancos?... El grisado comenzó pronto... Entonces tenía unos 45... En esa época no me dio miedo... Mas, ¿cuándo habrá sido? ¿Cómo puedo haberme olvidado?... ¿Y las arrugas?... Mi gordo rostro siempre las escondió. Todavía hay pocas... ¿La apariencia cansada?... Esta es de hoy... No definí la fecha... Pero un día, sin que me diera cuenta, entré en la tercera edad.
¿Qué es tercera edad?... Apenas un convencionalismo. Definido por la edad... 55, 60, 70, no sé... Sé que por mi mente, aún soy adolescente... Ahora, ya, hasta más que antes... Volví a encontrar impulsos... Me siento aún muy joven, y todavía, en esta mi andanza, por los caminos de la vida, yo creo artes, mi mente inventa travesuras, las más bellas aventuras. Me he vuelto niño otra vez, aquel infante quieto, callado y tímido de otrora, que a la hora de brincar, inventaba cosas al instante, que a mi madre enloquecían... Así era yo...
¿Será un inicio de caducidad?
¡Porque aún me siento así! |
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