trataré de ser luz para el universo
y brillar desde mi tierra amada
para levantar mi voz dulce
o mi voz resonante en favor
de aquellos que necesiten
de nuestra ayuda, amor y paz.
Con los años que me queden
haría feliz al niño, al adulto,
al pobre con pedacito de pan
con una cobija, y si pudiera
con techo para aliviar su dolor.
Con los años que me quedan,
daría todo por cambiar al ser
humano letal de la naturaleza
para que cambie y vea su dulzura;
no más bombas ni crueles guerras
ni locuras del hombre insensato
ni dolor ni sufrimiento regado
como en minutos o horas al tiempo
que no se detienen y prosiguen.
Sería feliz si la vida de todos fuera
menos pesada, menos infeliz y llena de amor.
Elizabeth Chacón