Lo han despojado del diverso mundo, de los rostros, que son lo que eran antes. De las cercanas calles, hoy distantes, y del cóncavo azul, ayer profundo. De los libros le queda lo que dejala memoria, esa forma del olvidoque retiene el formato, el sentido,y que los meros títulos refleja. El desnivel acecha. Cada pasopuede ser la caída. Soy el lentoprisionero de un tiempo soñoliento que no marca su aurora ni su ocaso. Es de noche. No hay otros. Con el versodebo labrar mi insípido universo.
Jorge Luis Borges
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