Si ayer te viste engañada y hoy te sientes perdida no desfallezcas aunque tu corazón esté dormido aún te queda esa mirada, esos ojos ocres de esperanzas teñidos y te quedo yo, con mi mano tendida para enjuagar tus lágrimas, cerrar tus heridas, abrir tu boca prendiéndola a la mía en un beso eterno que nos albergue de ilusiones y nos insufle nueva vida.
Yo también puedo ser tu amigo, la amistad como un árbol de esos que ornan los caminos se nutre de lluvias amargas entre los ojos vertidas de la cálida luz de la voz susurrante de las miradas abiertas, de la fragancia del cariño, de la honestidad desnuda y de los gritos. Ven amiga dame tu mano y caminemos un trecho juntos. - A/D
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