Ya no me reconozco, cuando estoy frente
al espejo, he cambiado tanto, que solamente él,
es testigo de que ya no brilla más la luz de
mis ojos, esa luz que reflejaba, el interior de
mi alma y corazón.
Ahora refleja toda la tristeza, que llena todo
mi ser, mis ojos me delatan, porque no hay
más esa chispa de vida, de amor y pasión,
que tenían cuando aun estabas a mi lado
y me hacías sentir ese calor, que decía más
que mil palabras de amor.
Yo era la mujer más feliz de todo el universo,
al tenerte conmigo.
Qué soledad, qué tristeza tan grande, no puedo
ocultar al sentir... que no estás más.
El frió me invade... al no tener el calor de tu
piel, cuando me abrazabas fuertemente, la
tristeza me asfixia, al no percibir tu aliento, el
dolor me lacera, cuando mis labios no sienten
más los tuyos, besándome apasionadamente.
Me duele tanto, verme frente a este espejo,
y es ahí cuando, mis ojos empiezan a derramar
lágrimas, esas lágrimas que resbalan
por mis mejillas y tú ya no estas aquí, para
secarlas, como solías hacerlo, con besos,
con caricias, o con tus palabras de amor.
Cierro por un momento mis ojos, secos y
cansados de tanto llorar, y vuelvo a escuchar
tu dulce voz, diciéndome palabras de consuelo,
cargadas de inmensa ternura..."No estés
triste amor, no llores más, aquí estoy a tu lado",
y mi llanto empezaba a desaparecer.
Ahora no se qué hacer, con esta tristeza, tengo
el corazón destruido, me siento como un ave
con las alas rotas, que no puede emprender
su vuelo.
Muero poco a poco, al mirar mi reflejo, en el
espejo y no reconocerme, no veo más esa alegría
en mi rostro, esa felicidad que desbordaba
todo mi ser.
¿A dónde se fue el amor? O es que acaso nunca
fuiste realidad, tal vez sólo fuiste un sueño
hermoso del que no debí jamás despertar.
Autora: Maria Alejandra V.
*Princesa*
Dios, ayúdame a entender, o a volver
a soñar otra vez, porque mi alma
y corazón, no pueden más con este dolor.