Nunca decidas por otras personas ni aún
pensando que es lo mejor para ellas, porque no siempre
la razón estará de nuestro lado y podemos lastimar a
quiénes en verdad nos aman.
No cierres los caminos hacia el diálogo,
el silencio es la peor respuesta.
Valora el tiempo compartido y no pierdas a un amigo.
Escucha siempre al corazón, que es Dios
quien nos habla, no permitas que el resentimiento
se cobije en el alma, el perdón es la solución.
Ponte en el lugar de los demás, nadie es perfecto,
sé comprensivo y siembra bondad para cosechar
un futuro próspero.
El hoy es importante pero jamás olvides el pasado
porque este instante, es el resultado de todo lo que viviste.
Sueña alto, nunca desistas, los sueños son posibles
si tú lo decides, a veces tardan un poco pero pueden
cumplirse, sólo persevera y sé valiente.
Sé fiel a ti mismo, a tus sentimientos y
convicciones pero eso no significa que ignores
a quien piense diferente o que vayas contra todo
aquél que interfiera en tus pasos.
Vales cuando anhelas ser más que tener.
Que tu vida toque a otra vida iluminando su mirada.
No te dejes cegar por el egoísmo, ni hagas
un altar con tus triunfos, que si un día caes
puede que nadie te ayude a levantarte porque
la vida nos devuelve con creces todo lo que entregamos.
El tiempo pasa, la esencia perdura, permítete ser feliz
llevando un mensaje de paz y amor, no sólo
con palabras sino con tus acciones.
Autor: ©Marielena Rondinel
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