POLLITO
Un turista regresa a su casa con un pollito que le habían regalado de recuerdo.
En el avión, la azafata le explica que no pueden llevar animales,
así que el viajero sale, se esconde el pollito en los calzoncillos,
vuelve a entrar al avión, se sienta al lado de una monjita y se echa a dormir.
De repente, el pollito saca la cabeza de la entrepierna del hombre;
mira tiernamente a la religiosa y emite un 'pío, pío'.
La monjita se alarma y se dirige al hombre:
- Señor, despierte rápido; despierte.
Mire usted que yo no entiendo mucho de esto, pero me parece que...
¡¡¡se le rompió un huevo!!!