Si sientes que la vida no tiene sentido, que los problemas
te están acabando, lee esta parábola:
"Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano,
se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango
y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo.
Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día
un gran ventarrón destruyó su guarida;
el árbol podrido fue tragado por el fango y el se dio cuenta de que iba a morir.
En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza
para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado como volar,
pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y
cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso."
Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y
te están obligando a elevar el vuelo o a morir.
Nunca es tarde, no importa lo que se haya vivido, no importan los errores
que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar,
no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir BASTA,
para oír el llamado que tenemos de buscar el éxito, para sacudirnos el lodo
y volar ALTO y muy lejos del pantano.
Abandona la vía segura y cómoda.
Lánzate a la ruta incierta, llena de enigmas e inseguridades y hazlo solitariamente.
Dios te acompañará y te dirá que camino tomar.
Así pues, en lugar de cuestionar la "oportunidad" de separar la vida privada
de la pública y de la ética, deberíamos como ciudadanos pugnar por que
la congruencia de vida en la sociedad sea valorada, respetada y alentada
como un medio eficacísimo de lograr la justicia, la felicidad
y el bien común en todo nuestro mundo.
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