Historia Budista contada por Paulo de Coelho
Un labrador que tenía a su esposa enferma le encomendó una serie de oraciones a un sacerdote budista. El sacerdote empezó a rezar, pidiéndole a Dios que curara a todos los enfermos.
—Un momento —interrumpió el labrador—. Yo le pedí que rezara por mi esposa y usted está pidiendo por todos los enfermos.
—Estoy rezando por ella.
—Pero pide por todos. Puede terminar beneficiando a mi vecino, que también está enfermo, y yo no lo estimo.
—Usted no entiende nada de curaciones —dijo el monje, apartándose—. Al pedir por todos los enfermos, estoy uniendo mis oraciones a las de millones de personas que se encuentran ahora rezando por sus enfermos. Sumadas, estas voces llegan hasta Dios y benefician a todos. Divididas, ellas pierden su fuerza, y no llegan a ninguna parte.