No mires adelante todavía, Amor, Después de un alto seguiremos. Mira mi mano ¿ves? ¡qué pequeñita Entre el amparo de tus fuertes dedos! La piel de las muñecas algo ajadas Transparenta un sentir. Fue quinceañero algún amanecer por el camino De tantos que venimos yendo. Mira los bienes que nos fueron dados En cotidianos cofres hogareños, En la risa parlera de los hijos, En puentes comprensivos de silencios Y hasta esos desayunos apurados Desde la curva plácida del lecho Con el canto de llevar al labio El zumo conceptual de nuestro rezo. No mires adelante todavía ¿Qué pueden aportar distingos nuevos Más allá de la sien transfigurada Por un descanso vivo de recuerdos? Empápate en el arco bendecido De este círculo azul de valimientos. No dudas. No pesares. No temores. Amor, quieres andar. Bien, lo comprendo. Es báculo feliz por ser tan nuestra Esta vara florecida de luceros Para los dos juntos continuar Por los prados sin límite del tiempo. La celeste penumbra nos dé asilo A fuerza de recorridos milagreros.