APENAS UNA SONRISA
David Coimbra
Cuando mi abuela ya salìa de la casa, fui a visitarla.
Ya ni caminaba mas, tupida por el cancer. En aquel dia serìa transferida para un hospital.
Estuve un tiempo a su lado en la cama, me despedì, me besaba y saliendo me llamò .
— Que fue, abuela, dime?
Comenzò hacer esfuerzo para levantarse, se apoyaba en la cama con mucha dificultad.
.protestè su intenciòn Donde cree que va mi abuela ?
Se puso de pie y arrastrando sus piernas cansadas por la casa y yo detras preguntando lo que queria hacer, jurando que lo haria para ella, reclamando . Ella fuè hasta la despensa, atrás de la cocina y sacò un guardalluvia. Lo extendiò para mi:
— Está lloviendo. Tienes que cuidarte.
En seguida, regresò a la cama, para no levantarse mas.
Mucho he pensado sobre ese gesto de mi abuela, practicamente el ùltimo de su vida activa . Un gesto de amor. Cuantas veces ella me hizo algo parecido ¿Y yo? no le daba nada en cambio por estar preocupada que hacer el fin de semana, como enamorada, o pensando en salir con amigos, solo le ofrecìa migajas. He lamentado tanto eso, despues que ella se fuè.
Pero hoy, con mi hijo en mis brazos, entiendo a mi abuela,porque el es tan pequeño, no tiene nada que darme, solo su sonrisa, una sonrisa apenas, una pequeña sonrisa, No necesito nada mas. .
Asì, una sencilla sonrisa es mi buena recompensa, es lo que me basta y llena,
una sola sonrisa como lo ùnico...que le di a mi abuela..