MADRE
¡Qué palabra tan breve! Solo cinco letras porta,
han de ser los cinco dones con que el Señor de los cielos
inundo los corazones, de las que llevan grabado
con un infinito orgullo sobre la frente, ese nombre.
Nombre tatuado con fuego, y con flores, y con sueños,
madre de todos los tiempos, madre nueva, madre vieja,
tú, que ya has tenido un hijo entre los brazos, lo sabes,
amor y madre es lo mismo, son palabritas iguales.
Si lo engendraste en tu vientre, lo amas un tiempo antes,
y si acaso tu destino te regala en el camino
en tan solo dos instantes, a un hijo que has de cuidar
sin haber parido, sin dolor y sin tu sangre ¿Sabes?
Te esperan mil alegrías, y pensamientos iguales
a los que tienen las madres que poseen hijos de sangre,
lo amarás con alegría, los protegerás del aire,
y lucharás como una fiera y hasta ofrendarás tu sangre
si alguien quisiera dañar al hijo de tu cariño,
aunque no sea de tu sangre, por eso
yo me pregunto y no puedo contestarme,
¿Qué pusiste Padre mío en el pecho de una madre?
¿Acaso son diferentes a los comunes mortales?
O es que aún llevan en su seno
ese noble y dulce aire con que insuflaste su pecho,
en el momento bendito , en el que nace, una madre.
EDUARDO