Cuando estaba escudriñando por la cocina en busca de la platería escuchó una voz que le dijo:
-Jesús te está mirando.
El ladrón se sobresaltó, apagó la linterna e inmediatamente se puso a averiguar de dónde salía esa voz.
-Jesús te está mirando-, volvió a escuchar.
Así que encendió nuevamente su linterna y vio, encerrado en una jaula, a un loro que le repitió:
-Jesús te está mirando.
El tipo se rió y le respondió:
-¿Y tú quién eres?
-Soy Moisés-, contestó el loro.
-¿Y quién fue el imbécil que te puso Moisés?
-El mismo imbécil que le puso Jesús al doberman que está detrás de ti.