QUIERO CON USTEDES COMPARTIR ESTE POEMA QUE ES UN DOCUMENTO SIN TIEMPO EN MI PAÍS, A PESAR DE QUE CONOZCO DE EL HACE YA CASI TREINTA AÑOS AUN SIGUE VIGENTE EN SU CRITICA, ESTO POR DESGRACIA ES MI MEXICO DESDE DENTRO, ESPERO LO LEAN CON ESPIRITU ANALITICO, UN ABRAZO EDUARDO
CARTA
Para ti es hoy esta carta querido amigo,
Para ti que has tenido que soportarme
ya por más de cincuenta años,
y si hoy te escribo es porque aún te quiero,
tu y yo somos amigos, los mejores amigos,
y es por eso que hoy quiero decirte
que he juntado ya muchas quejas contra ti,
yo llevo aquí ya tantas decepciones
metidas en lo más hondo de mi corazón,
y como se que somos amigos, ya no puedo callarme más.
Hace ya muchos años, cuando así pude darme cuenta
que vivía yo en ti, eras… ¡MARAVILLOSO!
Y esa fue mi razón para enamorarme de ti,
bien recuerdo aún como te admiraba,
y esa misma admiración me impidió en principio
el darme cuenta de algunos errores que ya se gestaban en ti.
Pero yo te veía, tan grande, tan tranquilo, tan ambicioso,
con tantas ganas de ser que hoy me pregunto México amigo,
¿Qué fue lo que te sucedió?
Te hiciste grande, creciste sin medida y así un día,
fuiste secuestrado y hoy, hoy aún eres un rehén,
tu amigo mío, tú que hace ya un tiempo
tomaste la democracia de la sangre que en tu suelo
depositaron tus hombres en aras de un tiempo nuevo,
por la patria, por la tierra, por la libertad,
Zapata, Hidalgo, Villa, y hoy querido amigo ¿Quién más?
Para este amargo hoy, ¡Ya no habrá más!
Ya no más de nuestros héroes, ellos murieron ayer,
y con toda tu grandeza, se acercaron a ti “tus amigos”
y de ellos te rodeaste, más no siempre fueron ellos
los amigos más recomendables, y así, rodeado de mala gente
te volvieron México mío, egoísta, engreído, dominante y ¡Prepotente!
A tus hijos más pequeños los olvidaste de golpe,
los dejaste entre los surcos a mendigar por su suerte,
y con esa miopía tuya, ya jamás te diste cuenta
que el rosario de alabanzas, eran mentiras abiertas,
corrupción que aplaudía, complicidad convincente,
y así arrastraste despacio la confianza de tu gente.
Y luego la corrupción, inseguridad, promiscuidad y miseria,
y tú no te dabas cuenta que así como yo, todos,
todos tus viejos amigos, los que eran de buena cepa,
hoy ya no confiamos en ti, y tu, tu nunca te diste cuenta,
y ahora, últimamente, te volviste mentiroso,
me has ocultado las cosas que hace años compartíamos,
y entre falacias, tu sabes, se han perdido los momentos
mejores que nos unían desde que nos conocimos.
Nos han mentido tus hombres, los que mueven tus entrañas,
han hecho en tus institutos, circos de rompe y de rasga,
rompieron la carta magna en aras de treinta monedas,
nos fallaron como Judas, al ungido de la era,
el bastón de mando pende, entre manos que se aferran
por un lado a sus intereses en metálico y materia,
y del otro con voz solemne, se aferran a tu bandera.
Y ya con el paso del tiempo, México, te volviste violento,
Ya no resulta seguro transitar por tus recuerdos,
Por tus plazuelas y calles, por tus más viejos momentos,
¡Y claro que te comprendo! Tú me podrías decir
ellos, ellos no tienen trabajo y roban para comer,
y estos otros, están tan abandonados que el ocio enturbia su ser,
y se pierden en las drogas para poder olvidar,
los otros se justifican haciendo la autoridad
pero sus manos exudan su perversión y maldad.
Y si acaso ellos delinquen México amigo, no busques más policías,
que no los torturen y maten con armas de grueso calibre,
para luego así informar que ha caído un feroz capo,
cuando tan solo era un niño perdido entre la ignominia,
dales fuentes de trabajo, y no cargas de policía,
busca que sean los niños entes de por si felices,
que crezcan sanos del cuerpo y con la mente tan limpia.
Ellos mañana serán hombres y tu puedes decidir,
o ciudadanos de lujo que desde su humilde trinchera
hagan crecer tu grandeza, o delincuentes forjados
en reclusorios sedientos, enfermos de corrupción
donde el reo solo logra, cruel “especialización”
Con esto te he dicho todo a ti, mi México amigo,
creo que me moriré y tu seguirás el camino,
mas yo aún tengo confianza de en vida volverte a ver
con tus cielos en azul, fuerte a más no poder,
tus ríos llenos de peces y tus ranchos llenos de buena gente
y retumbando, de reses. Aún quisiera yo verte
no interviniendo en países que han decidido su suerte.
Y siendo amigo del débil y compañero del fuerte,
o ha de ser querido amigo que ambos necesitemos
que venga otra revolución, si, que se sacudan las almas
y cada uno recobre conciencia, y buena razón.
¿Será que evolucionar girando en el mismo eje
nos lleve hacia otro punto y seamos mejores gentes?
Pero hoy la revolución no ha de ser con 30-30,
No, para hoy deberá ser con trabajo inteligente,
que sea con la palabra, ¿Las armas? Las más directas,
inteligencia, trabajo, Fe, estudio y el amor a nuestra gente.
Si, ¡Renovemos nuestra gente!
Enseñemos al hermano a sembrar cada jornada,
traigamos la inteligencia donde falle la labranza,
que si es árido el terreno, no llevaremos trigales,
llevaremos las cactáceas y crecerán a raudales,
hagamos a nuestra gente de letras, al todo o nada,
los negocios vendrán solos, y la abundancia pagana
será compañera tuya, mi México, magia y alma.
Y bien mi México amigo, esta carta aquí termina,
y con toda la grandeza que cursa en ti de por vida
quisiera pedirte ahora, que no quiero que mi tiempo
se me acabe sin poder, verte sonriente y erguido;
con mucha plata y con fe, y con ese flujo negro
que llevas en tus arterias, si, con todo ese petróleo
se deben ampliar tus riquezas, mas como yo no dejaría
que alguien toque mis entrañas, tu no dejaras amigo,
que extranjeros sin casta violen tus profundas cuencas
para robar la riqueza que tan solo le pertenece, a esa tu noble raza.
Y esos que se dicen amigos, esos que a diario te engañan
sentados en su curul, que solo levantan el dedo entre bostezos sin luz,
a ellos quisiera yo verlos con el lodo en los tobillos,
en la melga de tomates recogiendo la cosecha,
y todos juntos pintariamos tus bellos cielos de azul
junto a muchos gobernantes que se apelliden Juárez,
Hidalgo, Morelos, Villa, Zapata y alguno más.
Y tu mi querido amigo, te elevarás orgulloso
brillando por la emoción, cuando seas para el mundo
el país del cielo azul, el de abundancia perenne
cobijada en tres colores que amamos con devoción,
verde, blanco y colorado, mi bandera tricolor.
Desconozco el autor