Sexto sentido
En mi letargo estoy, adormecido, flotando en sueños lánguidos y oscuros, confinado a la sombra de dos muros, y relegado a transitorio olvido...
Tu perfume me indica que has venido, la mano percibió tus senos duros, y al roce de tus dedos inseguros se irguió mi cuerpo firme y decidido.
Enciendes en mi carne rebeldías, incitándome a dulces agresiones al abrazar tus labios mi contorno.
Habré de hacer tus cavidades mías, y tuyas han de ser mis vibraciones, con cada avance y con cada retorno. Francisco Alvarez Hidalgo
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