Un granjerolleva su camioneta al pueblo y el mecánico dice que tiene que dejarlahasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su granja, que noqueda lejos.
En el caminopasa por la ferretería y compra un balde y un tarro de pintura. Allí, un colegale entrega dos gallinas y un ganso que le debía.
Ahora nuestrogranjero tiene un problema: cómo llevar todo a casa caminando. Mientras piensacómo hacer, se le acerca caminando una señora madura y lepregunta cómo llegar a la granja de los González; el granjero le dice que va enesa misma dirección, y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría.
La señora dice:
-¿Por qué no ponés la latade pintura en el balde? Lo llevás en una mano; te ponés una gallina debajo decada brazo y llevás el ganso en la otra mano...
El granjero sorprendido agradece y comienza a acompañar a la señora. En unmomento le dice:
-Conozco un atajo, que nos saca del camino principal, pero nos ahorramos unkilómetro.
La dama lo mira con desconfianza y responde:
-Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no mevas a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra un árbol y vas aabusar de mí?
-¡Pero señora! Aun cuandoquisiera, ¿cómo hago? Llevo un balde, una lata de pintura, dos gallinas y unganso. ¿Cómo hago para apretarla contra un árbol y abusar de usted?
- Pues, pones el ganso en el suelo, lo cubres con el balde, colocas la pinturaencima del balde y yote aguanto las gallinas...
jajajajajajaja