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Cuando hablo por mis manos me siento poseído,
cuando hablo por los dedos aun más conmovido,
hago pausas en mi mente para comprender que quiero,
y sin darme cuenta fluyen ideas,
que yo ni siquiera espero.
Cuando hablo con mis manos mis dedos se emocionan dándole vida al poema que fluye de mis neuronas.
Donde esta el poema escrito en un papel medio roto,
algo quemado...
Enrique
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