Es una tarde calurosa a medida que los minutos
mueven las manecillas del reloj
sientes nacer en tu vientre el deseo,
casi duele de tanto que añoras mi esencia varonil en tu interior.
Me miras con la profundidad del amor
reflejada en tu rostro y lentamente dirijes
tu mano derecha a mi mejilla,
la cual acaricias suavemente,
tu dedo se desliza por mi cuello
y reposa largo rato en mi pecho,
luego asciende y dibuja amoroso y
tierno el contorno de mis labios.
Yo despierto, abro lentamente los ojos y sonrío,
con esa sonrisa picara tan mía,
tu tiemblas, como siempre, tus nervios
no soportan todo el peso de mi mirada en ti,
tu frecuencia cardiaca aumenta y te sientes flotar.
Acerco mi boca a la tuya y
comienza el ritual del beso,
ritual, por que no puede ser un simple beso
lo que tu y yo compartimos, mi ser, absorbe al tuyo
por completo transportándote a un mundo
donde solo tu y yo podemos llegar.
Mis manos morenas recorren tu cuerpo,
tus senos, tu vientre y la esencia de tu feminidad,
gimiendo me dices que no puedes mas,
que te llene de mi,
que te haga sentir mujer,
mi mujer,
que me deseas mas que a nada.
Yo con una tranquilidad forzada,
te miro y con una pequeña sonrisa te pido calma,
por que aun no es el momento,
entonces sigo acariciándote,
mi boca baja hasta tu cuello y
con la lengua dibujo sus contornos,
me detengo y te doy un beso lento,
suave, profundo.
Continuo el delicioso viaje,
hacia tus senos y ahí me deleito un rato largo,
chupo, muerdo y beso,
con amor, con pasión y deseo,
ahora sientes mis manos en tus caderas
y mi boca en el ombligo, no puedes mas
y tu cuerpo indefenso se contorsionas
en una alocada danza orgásmica.
Lentamente, asciendo rozando mi pecho con el tuyo
y te doy un largo beso en el que puedes saborear
tu propio ser a través de mi,
te bajas a mi,
donde yo en plena evollucióny
como un volcán mi lava se derrama sobre ti y con
placer te separo
con mis manos por no poder soportar
tanto placer, y dejando esta parte
acaricias vigorosamente mi espalda,
al mismo tiempo que mueves ansiosamente tus caderas
esperando el glorioso momento en el que nos convertimos en uno mismo.
La espera ha valido la pena y
continuamos con nuestra transfusión de amor,
pasión y deseo, mientras afuera
el sol se acuesta,
llegando el estáis total
de un día inolvidable....