¿Qué es el herpes genital?
El herpes genital es una enfermedad venérea. Por tanto, se transmite a través de las relaciones sexuales por el contacto con los genitales de una persona infectada. Es una enfermedad vírica que se contagia a través del virus llamado herpes simple, tanto de la variedad I y II. El herpes genital también puede contagiarse a los bebés al pasar por el canal del parto.
Tras la relación sexual de riesgo, con un enfermo de herpes genital, el virus pasa un periodo de incubación, de entre 2 y 25 días, antes de empezar a presentar los síntomas comunes del herpes genital.
¿Cómo se previene el herpes genital?
El herpes genital, como la gran mayoría de enfermedades venéreas, se previene haciendo un uso correcto del preservativo. Así se evita la expansión de la enfermedad si se ha tenido relaciones de riesgo, es decir, sin preservativos con una pareja esporádica o con probabilidades de tener múltiples compañeros sexuales, etc.
En tal caso es necesario hacerse las pruebas pertinentes para detectar el herpes genital y así no contagiar a otras personas que a su vez infecten a otras.
Y si sabe que se padece herpes genital, aunque no presente brotes, abstenerse de relaciones sexuales sin preservativo ya que, aunque el virus no esté en su fase virulenta, el contagio del herpes genital sigue siendo posible.
Síntomas del herpes genital
Los síntomas del herpes genital tienen dos fases.
Los preliminares, antes de que se presenten las llagas típicas en la zona genital y alrededores:
- Decaimiento, dolores en el cuerpo y fiebre (típicos síntomas gripales).
- Sensibilidad y escozor.
- Enrojecimiento.
- Puntos rojos.
La aparición de las ampollas (que sanan en 7 ó 14 días) con los siguientes síntomas del herpes genital:
- Ampollas genitales.
- Las ampollas pasan a llagas dolorosas.
- Costras purulentas.
- Dolor al orinar.
- Ardor en los genitales.
El herpes genital no tiene cura, sólo tratamientos paliativos y los síntomas reaparecen en forma de brotes cada cierto tiempo.
Fitoterapia para el herpes genital
Recordamos que son remedios paliativos del herpes genital cuando se producen los brotes. Bien para aliviar las molestias o evitar otras infecciones que compliquen los ya molestos síntomas de esta enfermedad venérea.
- Manzanilla: Poner 6 cucharadas soperas de manzanilla por un litro de agua. Hervir y colar el agua. Tomar tres o cuatro veces al día.
- Lavanda: Infusiones de 2 cucharadas de café por taza. Hervir el agua con la lavanda. Tomar dos veces al día.
- Uña de gato: Planta amazónica gran potenciadora del sistema inmune. Dos cucharadas de café de la planta seca por una taza de agua, llevar a ebullición y tapar para que repose unos 10 minutos. Tomar 2 tazas diarias.
- Echinacea y Própolis: Grandes potenciadores del sistema inmunológico, colaborando así en combatir este virus y disminuir los brotes en duración e intervalos (se venden en herbolarios y farmacias). Consultar dosis con el médico o especialista.
Otros remedios naturales para el herpes genital
- Manzanilla: Las capacidades antisépticas de la manzanilla ayudan a mantener a raya otras infecciones en una zona tan delicada como es la genital y las llagas que están expuestas a la orina. Se hace la misma preparación que antes. Se usa para limpiar la zona afectada por el herpes genital, con gasas y delicadamente.
- Hojas de guayaba: Hervir en un litro de agua dos puñados de hojas de guayaba limpias durante 5 minutos y lavar la zona, delicadamente, varias veces al día.
- Vinagre de manzana: Otra forma de lavado del herpes genital es aplicándolo, diluido, sobre las lesiones. Desinfecta y seca rápidamente las ampollas.
Nuestros consejos
El herpes genital es, como decíamos, una enfermedad venérea vírica que, además, funciona por brotes. Por ello los afectados por esta dolencia, para mantener a raya estos ataques del virus, tienen que procurar mantener su sistema inmune lo mejor posible y evitar todo lo que pueda resentirlo, como el estrés, las toxinas (alcohol, tabaco, etc.) y procurar una alimentación lo más equilibrada y sana posible.