Alfabeto semita
Al parecer los primeros en escribir las consonantes aisladas fueron los pueblos semíticos occidentales de las orillas del mar Rojo y del Mediterráneo, hebreos y fenicios. La cadena secuencial sería: signo-palabra; los signos-sonidos consonánticos mezclados a los signos-palabras (Egipto); los signos-sonidos silábicos mezclados con signos palabras (sumerio-acadio); signos-sonidos que representan sílabas de tipo constante (tipo egeo). Alfabeto silábico usado también por los tartessos en el sur de la península Ibérica y que supone el primer alfabeto de toda la Europa occidental. Aún hoy, a pesar de tantas muestras escritas como existen en Andalucía y el sur de Portugal, esa lengua está por descifrarse o traducirse.
[editar] Alfabeto fenicio
El alfabeto fenicio supone una creación. Es al final de esa cadena donde se nota una progresiva prioridad del análisis sobre la síntesis. De la pictografía, que es una representación global, se pasa a signos que descomponen el discurso en sus partes constitutivas. Las formas más antiguas de la escritura fenicia se han encontrado en las inscripciones arcaicas de Biblos, cuyo origen se remonta a los siglos XIII y XI a. C. El fenicio arcaico comprendía 22 letras, únicamente consonantes, y está libre ya de elementos ideográficos, de determinativos y de toda huella de silabismo.
[editar] Otros alfabetos
El alfabeto paleo-hebraico deriva del fenicio, del que se fue alejando progresivamente. Otras ramas son: el samaritano, el moabita, el púnico y el arameo (del que han derivado los alfabetos árabes, a través del nabateo, los hebraicos, los sirios, los uraloaltaicos, etc. El alfabeto árabe ha servido para lenguas como el persa, el turco, el bereber, el malgache, etc. En cuanto a los alfabetos sursemíticos (surarábigo y nortearábigo) parecen derivar, con reservas, del fenicio. El alfabeto pehlvi y el avéstico son derivaciones del arameo. El origen del alfabeto libio está en discusión: fenicio, árabe, etc. El brahmi y el kharosthi, según la tesis clásica, derivan del fenicio, con la particularidad del cambio de dirección de la escritura y la notación de consonantes y vocales.
[editar] Historia de los alfabetos occidentales
Los principales alfabetos occidentales han tenido su origen en el alfabeto semítico septentrional o cananeo, datado hace más de 3.500 años, entre el 1700 y el 1500 a. C., en el Próximo Oriente.
El precedente del alfabeto occidental se ideó en las regiones orientales de la costa mediterránea y se encargaron de divulgarlo los mercaderes fenicios. Probablemente los griegos conocieron este sistema de escritura en la ciudad Gibl (en el Líbano de hoy), un importante centro cultural y de comercio que llamaron Biblos; lo adoptaron en Grecia, aunque transformaron algunas consonantes y semiconsonantes en vocales. También variaron la dirección de algunas letras y generalizaron el escribir de izquierda a derecha. Se suele fechar hacia el 900 a. C..
El alfabeto griego adoptó el fenicio y modificó el valor de ciertos sonidos consonánticos y designó las vocales. Del griego proceden el alfabeto gótico, copto, armenio, georgiano, albanés, eslavo (glagolítico y cirílico) y etrusco.
El alfabeto latino es uno de los alfabetos locales que los etruscos tomaron del griego. Se diferencia de éste no sólo en la forma de las letras, sino también en su empleo. En el siglo I de nuestra era estaba constituido por 23 letras. Con la expansión de la civilización grecolatina y del cristianismo, el alfabeto latino terminó por conquistar toda Europa: celtas, eslavos, germanos, escandinavos, etc. escriben con las letras latinas. Este alfabeto, adaptado por los romanos con las variantes propias, se difundió por todo el Mediterráneo, y posteriormente a todo Occidente.
Los alfabetos ibéricos parecen haberse derivado del fenicio y griego.
El alfabeto de los pueblos germánicos, llamado futhark (las runas y los oghams) por el nombre de sus seis primeras letras, se redujo de 26 signos a 16. La teoría más firme es la que le da un origen etrusco.