Conciencia De Arbol
.....cuando la rama se percibe como rama con las demás ramas de su entorno y oye hablar del tronco y de la raíz se experimenta, en sentido figurado, en su conciencia del yo, (yo rama) pero si se experimenta desde el interior, lo hará como árbol, entonces hace la vivencia de lo que es realmente...
...lo mismo puede aplicarse al ser humano, mientras conozca a Dios por la razón tendrá un saber muy pobre, pero cuando haga la experiencia desde el interior, cuando caiga en la cuenta de la Realidad tendrá una experiencia íntegra...
Ayyy Estas Cosas Del Amor
¿Qué Es El Amor?
La pregunta puede disparar tantas respuestas como personas a quienes les sea formulada. Se ha escrito y se ha dicho mucho sobre él, y se seguirá haciéndolo.
Se lo bendice desde la felicidad, se lo maldice desde la frustración y el desencanto. Se afirma que es imposible vivir sin él y hay quienes sostienen que han aprendido a hacerlo.
"El amor es la fórmula vacía que los amantes tienen que llenar", dice el sociólogo alemán Ulrich Beck en El normal caos del amor, rigurosa exploración de ese sentimiento en estos tiempos.
sigo pensando: que el amor nace con quienes se aman, que es una construcción de los amantes, que no es, en fin, un acto mágico. La creencia en la magia del amor ha dejado un tendal de víctimas emocionales.
El amor es la encarnación de una poderosa energía que transforma, fecunda y sana. Pero sus raíces necesitan arraigar en seres y situaciones concretas y reales. Más allá de declaraciones y palabras, de juramentos y ensoñaciones, el amor se plasma de verdad cuando deviene en verbo, cuando se transforma en acciones. ¿Qué tipo de acciones?
Son amorosos aquellos actos en los cuales la energía y la intención afectiva de una persona llegan a otra a través de gestos, actitudes, hechos y palabras que le permiten a ésta recibir el amor tal como lo necesita.
Y para saber cómo es esa necesidad, quien ama debe prestar atención a la persona amada: mirarla, escucharla, sentirla y presentirla; debe registrarla como el ser único que ella es, y en ese proceso verla como alguien en continua transformación.
No se ama en abstracto: se ama a alguien. Y no se ama instantáneamente. Inmediato es el enamoramiento. Nos enamoramos de alguien que nos atrae por motivos puntuales, pero imaginamos de ese ser más de lo que sabemos.
El enamoramiento es entusiasmo, deseo, ilusión y desconocimiento. Es un punto de partida. El punto de llegada (cuando se llega) es el amor. Arribamos a él por el camino del conocimiento.
Vamos conociendo a la persona de quien nos enamoramos, y en ese proceso aprendemos sobre nuestras similitudes y diferencias. En la medida en que éstas sean complementarias (las de valores, por ejemplo, no lo son) y aprendamos a integrarlas, construiremos amor.
El camino que va del desconocimiento del enamoramiento al conocimiento del amor no es mágico. Requiere presencia, compromiso, buena fe, trabajo; y es un camino de transformación, aprendizaje y revelación a veces arduo.
Ni la pasión ni el enamoramiento del inicio desaparecen cuando todo aquello se cumple, sino que hay una evolución, una maravillosa alquimia que los transmuta.
Lo que no existe, en mi opinión, es el amor fantasioso de los cuentos de hadas, de las telenovelas, de ciertas películas y novelas oportunistas. Su búsqueda conduce a una ilusión fugaz y a un dolor lacerante.
El amor no es dolor: no lastima, cura. En este aspecto, sufrir mucho no es amar mucho.
.Pero no llega solo. No nace cuando el destino nos toca con una varita mágica. Es la cosecha de una siembra. Y es el encuentro más profundo y trascendente que puede darse con otro. Con un otro real, no imaginado, no inventado.
Hay quienes se dicen enamorados del amor. ¿A quién aman?
Cuando se ama al amor, se corre el riesgo de convertir al otro en un pretexto, en alguien sin rostro ni presencia, en una mera proyección.
Enamorarse del amor es, acaso, enamorarse de sí mismo, de la propia ilusión. El amor real encarna, enraíza, impulsa experiencias compartidas, baja a la tierra.
Y desde ahí, como dice bellamente en La llama doble el gran poeta y pensador mexicano Octavio Paz (1914-1998, premio Nobel de Literatura), "vislumbramos, en esta vida, la otra vida".
Este es el amor que existe!!.
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