como te tengo en mi recuerdos, cuando miraba fijamente
tu rostro enloquecido.
Subes suavemente a mi sexo erecto, introducirlo en tu caldeada y húmeda cueva, sentir ese deslizamiento que me va rompiendo entre calores y gemidos.
Acoplados sin dejar a nuestros sexos respirar, empeza a mover tu cuerpo como tu gata juguetona, mientras yo
alrededor de tu muslos tensos, mis manos acarician,
todo tu cuerpo llegando a tus senos apretandolos hasta
llegar a tus quejidos dolorientos.
Dejame recrearme ver tu mirada libidinosa, y que empiece una subida al trote sin miedo a caerte mientras tus pechos me provocan a que los atrapes con mi boca.
Te deseo con locura. Deseo que te derrames en mí llenándome de puro fuego, mientras mi pene siga erecto recibe entre voluptuosos espasmos la lava de mi placer, mientras escuchas en la noche el aullido como la fiera de tu hombre que acaba de morir para ti.