La noche que encendiste mi cuerpo
la noche que devoramos el tiempo
Tus manos exploraron mis surcos,
acariciando llanuras y montes
que se derretían al paso de tus dedos.
Tus manos recorrieron mi espalda
solo con la luz de la luna.
Tu lengua recorrió los confines de mi cuerpo,
mi cuerpo vibro con ella.
Y te devolví caricias, surqué tu mapa de los deseos
y en el choque de cuerpos, besos y sabores
exploto con nosotros todo el firmamento.